Todo aquel que lee, deja en un cajón de sus recuerdos una anécdota más para su existir.
lunes, 25 de junio de 2012
El Hachero esforzado
Había una vez un hachero que se presento a trabajar en una maderera.
El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aun y así el hachero se decidió a hacer un buen papel
El primer día se presentó el capataz, quien le dio un hacha y le designó una zona.
El hombre entusiasmado salió al bosque a talar.
En un solo día cortó 18 árboles
Te felicito -dijo el capataz- sigue así
Animado por las palabras del capataz, el hachero se decidió a mejorar su propio desempeño al día siguiente, así que esa noche se acostó bien temprano.
A la mañana se levantó antes que nadie y se fue al bosque.
A pesar de todo el empeño no consiguió cortar más que quince árboles.
Me debo haber cansado- pensó y decidió acostarse con la puesta del sol.
Al amanecer se levantó decidió batir su marca de dieciocho árboles.
Sin embargo al día siguiente no llegó ni a la mitad.
Al día siguiente fueron siete , luego cinco y el último día estuvo toda la tarde tratando de voltear el segundo árbol.
Inquieto por el pensamiento del capataz, el hachero se acercó a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se esforzaba la límite de desfallecer.
El capataz le preguntó:
¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez?
-¿ Afilar? No tuve tiempo de afilar, estuve muy ocupado cortando árboles
A. Beauregard
Etiqueta: CUENTOS
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